HISTORIA

Ramón Díaz Hernández
Profesor jubilado de la ULPGC
Lanzarote y Fuerteventura en los manuscritos del presbítero Pedro Marcelino Quintana Miranda.
RESUMEN:
Tenemos que dar por seguro que Pedro Marcelino Quintana Miranda (presbitero, primer cronista oficial, poeta, ensayista e historiador) fue un perfecto conocedor de la realidad de las islas de Fuerteventura y Lanzarote.
Lo demostró sobradamente y lo puso de manifiesto cuando concursó en 1931 a los premios literarios convocados por El Museo Canario para conmemorar el segundo centenario del nacimiento de Viera y Clavijo y el cincuentenario de la instalación de la sede oficial de dicha entidad científica en Las Palmas de Gran Canaria en la calle René Verneau del barrio capitalino de Vegueta (Las Palmas de Gran Canaria). El texto con el que concursó proponía actualizar y en su caso, rectificar algunos errores encontrados en la primera edición de Noticias de la Historia General de las Islas Canarias (1772-1773) de Joseph de Viera y Clavijo.
En la Historia de Arucas, editada en 1979 y 2003 por el Ayuntamiento de dicha localidad y especialmente en los tres Cuadernos de notas referentes al pueblo y parroquia de Arucas escritos por el referido primer cronista oficial de Arucas encontramos abundantes noticias de interés concernientes a las islas de Fuerteventura y Lanzarote.
Nos proponemos en la comunicación denominada Lanzarote y Fuerteventura en los manuscritos de Pedro Marcelino Quintana Miranda extraer de forma ordenada y justificada todas las noticias de carácter histórico referidas a la diáspora de estas dos islas y sus habitantes por diversas circunstancias precedidas de un análisis histórico que contextualice y valore dicha información.
Especialmente aquellas noticias que aluden a los numerosos casos de sequía, malas cosechas, escasez de bastimentos, ataques piráticos y otras desgracias naturales por las que sus habitantes tuvieron que salir precipitadamente de sus respectivas localidades y recurrir reiteradamente a buscar auxilio en las demás islas, particularmente en la de Gran Canaria. En los textos de nuestro primer cronista se recogen con todo detalle la manera en que fueron recibidos los majoreros y conejeros en los diferentes lugares de acogida en Gran Canaria, los oficios a los que se dedicaron de manera preferente y la huella que dejaron en sus diferentes aportaciones familiares, profesionales y culturales.