HISTORIA
XIX Jornadas de Estudios sobre Lanzarote y Fuerteventura

Antonia Saénz Melero

Licenciada en Geografía e Historia

Francisca María Perera Betancort

Licenciada en Geografía e Historia

Manuel José Álvarez Pereira, un portugués en el Puerto del Arrecife, 1799-1815.

RESUMEN:

Valoramos la labor realizada por José Agustín Álvarez Rixo para la historia de Canarias y en particular la desarrollada para Arrecife. Hemos profundizado en la etapa en que el historiador vivió en la isla, y nos hemos centrado en su familia, destacando la figura de su padre, Manuel José. Hacia 1763 había nacido en el norte de Portugal, en Chaves, y de joven, su periplo vital se desarrolló también en Madeira y Brasil.

En 1788 recaló en Tenerife y ya era un negociante que dominaba el idioma inglés. Su encuentro con Gregoria Rixo, una joven de La Orotava, determinó el futuro núcleo familiar, pues el veinte de septiembre de 1794 contrajeron matrimonio. El primero descendiente falleció prematuramente, en 1795. El veintiocho de agosto de 1796 nació José Agustín y el seis de noviembre de 1798 Catalina. Al nacer su hija, ya los planes de Manuel José iban a determinar que la familia se trasladarse a Lanzarote.

En 1798 viajó a Lanzarote y al siguiente año comenzó a residir en Arrecife. Esto supuso el traslado de la familia, suponiendo una gran tristeza para Gregoria, sin familia en la isla y teniendo que adaptarse a vivir en una pequeña urbe que había logrado la municipalidad a finales de 1798, de tal manera que la primera corporación ejercerá en 1799. Desde tal año y durante una década, Manuel José dedicará parte de su tiempo a la gestión pública. En Arrecife ejerció de alcalde en 1805, y como personero en 1801 y en 1809. Asimismo, obtuvo un cargo insular y fue personero de la isla en 1807.

Destacó en los negocios comerciales, especialmente con la barrilla y su participación como intérprete en diferentes las diferentes necesidades que existían en una isla que negociaba con extranjeros, y en una ciudad que era el único puerto habilitado de la isla, pero donde una o dos personas eran las únicas que les entendían.

Destacó por su apoyo a las manifestaciones culturales, patrióticas, sociales y hasta en el ámbito arquitectónico y en la urbanización de La Marina de Arrecife. Invirtió en construir uno de los hitos de la arquitectura doméstica y comercial en el ámbito insular, que por desgracia a finales del siglo XX fue destruido por el progreso.

Por diferentes razones, una difícil etapa económica que comenzó en 1809 determinará la necesidad de vender sus bienes y volver a planear viajes comerciales, hasta que inesperadamente, en abril de 1815 falleció en Las Palmas de Gran Canaria, a los pocos días de llegar desde Lanzarote. El historiador se quedaba huérfano y la nueva responsabilidad familiar le hizo retornar a Tenerife, donde le seguirá su madre años más tarde. José Agustín nunca olvidará su etapa arrecifeña. Muchos años después de abandonar la isla dedicará muchas horas en redactar un libro dedicado a esta ciudad, en ofrecernos el primer plano, diferentes vistas de Arrecife y las primeras imágenes de personajes significativos en nuestra historia fundacional como parroquia y municipio… Sirva este pequeño estudio para reconocer la aportación de su legado para nuestra historia y recordar la participación de su padre, especialmente, en la misma.

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